El anuncio del Gobierno nacional sobre una inversión de 15 billones de pesos para mejorar las carreteras del país dejó un vacío evidente: Santander no aparece en la lista de beneficiados. La exclusión reaviva el debate sobre el abandono histórico y la falta de gestión política en la región.
La reciente decisión del Gobierno de Gustavo Petro de destinar 15 billones de pesos a la recuperación vial en Colombia generó preocupación en Santander. A pesar de tener corredores estratégicos en crisis, el departamento no fue incluido en los planes de intervención. La sensación de olvido volvió a instalarse entre los ciudadanos, quienes ven cómo, una vez más, la región queda por fuera de las prioridades nacionales.
Y no es para menos. Vías como Bucaramanga–Cúcuta, la Ruta del Sol o los tramos críticos del Magdalena Medio presentan un deterioro evidente. Para muchos usuarios, transitar por estas carreteras es casi una odisea: huecos, taludes inestables y tramos inconclusos que afectan la movilidad, el comercio y la seguridad de miles de personas. Aun así, ninguna de estas rutas apareció en la asignación de recursos anunciada por el Gobierno.
La polémica también alcanzó a la representación política del departamento. Senadores y representantes como Jaime Durán, Fabián Díaz, Cristian Avendaño, Carlos Parra y Ferley Sierra —figuras que suelen respaldar la agenda del Gobierno— no han emitido pronunciamientos firmes ante esta exclusión. Para sectores ciudadanos, su silencio contrasta con el papel que deberían asumir al momento de defender los intereses de la región.
Mientras tanto, los impactos se sienten en el día a día. Los campesinos enfrentan dificultades para sacar sus productos, los transportadores ven cómo sus costos se disparan por daños mecánicos, y el desarrollo económico se frena en zonas que dependen de una movilidad eficiente. La ausencia de inversión mantiene a Santander en un ciclo de rezago que parece repetir la misma historia de décadas.



